"Estado en el que el cuerpo interpreta que digerir alimentos, pensar efectivamente o reproducirse está por debajo de las prioridades de supervivencia del momento."
¿Y tú sientes que estás viviendo o sobreviviendo? Aunque parezca una pregunta arrogante y que incite un poco a la ofensa, es importante que la podamos tomar como una reflexión profunda que nos debemos como individuos que se aman a sí mismos. Puesto que en su respuesta (siempre que sea sincera) podemos encontrar las falencias o fortalezas que estamos teniendo en nuestro momento presente y derivarlas en un plan de vida más acorde a lo que necesitamos.
Además de esa cruda pregunta, también puedes hacerte otras preguntas que te voy a dejar a continuación para encaminarte en una mejora de tu calidad de vida:
¿Que es lo que está sintiendo realmente tú cuerpo?
¿Que mensajes te está entregando?
¿Estás teniendo síntomas de estrés?
Todos tenemos emociones, sentimientos y problemas que a veces nos atormentan, que no nos dejan dormir o que nos mantienen con alta tensión. El estrés se ha convertido en la antítesis del buen vivir. Te quiero hablar brevemente del estrés para desmitificar un poco este estado tan demonizado.
El estrés es una reacción natural y normal de nuestro sistema nervioso. Éste sirve para dirigir de manera efectiva los recursos de nuestro organismo ante situaciones de peligro. Voy a dar un ejemplo: estamos haciendo un trekking por un bosque hermoso y de repente cuando ya llevamos un buen trecho vemos que se aproxima un frente de tormenta, que si no nos apuramos en volver a la base del cerro podemos quedar atrapados y nuestra vida corre peligro. En ese momento, ¿es necesario que nuestro cuerpo destine recursos al sistema digestivo para terminar de digerir el snack que tomamos antes de partir? ¿Será necesario en esa situación que se utilice la energía disponible para estimular el sistema reproductivo? La respuesta a ambas es un rotundo NO. Lo que nuestro cuerpo, en su inmensa sabiduría, quiere lograr es llenar de oxígeno y moléculas de energía nuestros músculos de piernas y brazos para descender rápidamente y a ritmo constante. También necesita que los pulmones funcionen a toda máquina para oxigenar la sangre que el corazón va a estar bombeando muy rápidamente para llegar a todos los músculos de nuestro cuerpo.
¿Es entonces malo el estrés?
En el ejemplo anterior nos salvó de quedarnos atrapados. La respuesta a la pregunta sobre si es malo o no tiene una única respuesta: El estrés NO es malo, es muy bueno y muy útil. ¿Un poco confundido? Bueno, la cuestión es más simple de lo crees. El estrés es nuestro mejor amigo en la supervivencia de la especie humana, nos evita ser presas fáciles y nos ayuda a lidiar con problemas inminentes. Lo que SÍ es malo es el cúmulo de estrés por tiempos prolongados. Esto quiere decir que si no se viene ninguna tormenta no es necesario que nos encontremos bajo síntomas de estrés.
¿Qué nos genera estrés si no es un verdadero peligro?
Bueno, los motivos por los que desarrollamos altos índices de estrés en la vida cotidiana son muchísimos, e incluso podría decirte que son tan variados como personas hay en el mundo. El común denominador en casi todos estos casos (por no decir todos) es nuestra imaginación.
Cuando nuestra mente se encuentra lamentándose de sucesos del pasado o preocupándose de posibles eventos del futuro estamos generando estrés sin ninguna razón. Este sometimiento diario al fin de un tiempo se vuelve algo a lo que nos acostumbramos y nos “entregamos” creyendo que es lo normal.
Cabe mencionar que acumular estrés a diario nos predispone a un sinnúmero de enfermedades de todo tipo, baja nuestras defensas y nos expone así a infecciones, virus y bacterias.
¿Hay solución para esto?
Tengo una buena y una mala noticia (aunque ambas son buenas en realidad):
La buena es que sí hay solución para este estrés constante. La mala es que depende exclusivamente de nuestra capacidad para erradicar el estrés de nuestra vida. Me refiero en este punto al estrés infundado del que hablamos, si necesitas correr porque tu vida corre peligro está más que claro que necesitas tu shot de adrenalina derivada del estrés. De hecho hay autores que aseguran que mantener un cierto nivel de estrés favorece la superación personal y profesional sin caer en los perjuicios de altas acumulaciones de éste.
Trabajar en nosotros mismos es la mejor solución para el autoconocimiento, sanación emocional y el amor propio. Estas conductas que parecen muy chamánicas en realidad son verdaderas prácticas de amor hacia nosotros mismos y que tienen efectos sorprendentemente positivos en nuestra salud y vida diaria.
Somos los auténticos administradores de nuestras vidas, de nuestros cuerpos, nuestros recursos y nuestro tiempo. ¿Y tú cómo crees que lo estás haciendo? Me gustaría leerte en los comentarios.